Antes de ser construida físicamente, Ehime Daruma fue proyectada en el Atrio de la Alhóndiga de Bilbao en el marco de Art Futura 2011. Una pantalla de Leds suspendida en ese espacio generaba la imagen dual de la mecánica entonces virtual del objeto y la del propio público. Se trato entonces de crear un espacio de atracción/repulsión, de acercamiento curioso y distancia prudente con respecto a un punto físico real, que actuara como avatar de la proyección. Se consideró la presencia de un homeless en dicho espacio. Después fue la desnudez de una performer la que actuó como nexo propiciatorio y como excusa narrativa para generar el vínculo entre el comportamiento del público y el de la propia pieza.
Finalmente, cualquiera que fuera el actor del movimiento o la presencia (ya fuera la de un performer, el público, o el personal de la limpieza) sería suficiente para desencadenar el comportamiento de la pieza, y su consiguiente interpretación.
La posición elevada y vigilante de la pantalla actuaba como un Panóptico todopoderoso, cuyo movimiento nervioso perseguía siempre al espectador, fuera éste consciente o no de su influencia.