Saltar al contenido

Ehime Daruma

    Antes de ser construida físicamente, Ehime Daruma fue proyectada en el Atrio de la Alhóndiga de Bilbao en el marco de Art Futura 2011. Una pantalla de Leds suspendida en ese espacio generaba la imagen dual de la mecánica entonces virtual del objeto y la del propio público. Se trato entonces de crear un espacio de atracción/repulsión, de acercamiento curioso y distancia prudente con respecto a un punto físico real, que actuara como avatar de la proyección. Se consideró la presencia de un homeless en dicho espacio. Después  fue la desnudez de una performer la que actuó como nexo propiciatorio y como excusa narrativa para generar el vínculo entre el comportamiento del público y el de la propia pieza.

    Finalmente, cualquiera que fuera el actor del movimiento o la presencia (ya fuera la de un performer, el público, o el personal de la limpieza) sería suficiente para desencadenar el comportamiento de la pieza, y su consiguiente interpretación.

    La posición elevada y vigilante de la pantalla actuaba como un Panóptico todopoderoso, cuyo movimiento nervioso perseguía siempre al espectador, fuera éste consciente o no de su influencia.

    EL OBJETO EHIME DARUMA

    f. Ehime Daruma es un complejo interdependiente formado por elementos mecánicos, electrónicos y virtuales, por la significación de otras unidades descontextualizadas o a-tecnológicas (hilo, muelles, arandelas, anzuelos, discos de vinilo taladrados, un lecho de harina) y por el conjunto de relaciones que se establecen entre el público y ella misma en un entorno de luz y oscuridad en blanco y negro. Tomando como pretexto y punto de partida la leyenda del sabio Daruma, la obra pretende dar una lectura relevante a aspectos vinculados a la relación de las máquinas con su entorno; plantea el reto de la fusión de su propia naturaleza dual (real/virtual) en una sola, y aporta datos para el encuentro entre el humano y la máquina a través de su mutua observación en claves tecnológico poéticas. Desde un punto de vista más especulativo, y mediante la percepción que surge en ese peculiar encuentro meditativo humano-maquinal, invita a la reflexión acerca de la influencia del pensamiento sobre la materia.